junio 21, 2006

Yo confieso.

Llego a mi casa, me quito los zapatos y los dejo ahí, en la puerta.
Espero aprender a cerrar los cajones y las puertas sin que nadie me lo recuerde.
Soy mala para ser mala.
No me gusta deberle nada a nadie, y menos a mí.

2 comentarios:

GOMÍS dijo...

Uno es como es.

...eso de no deberte nada a ti es tan cierto. A mi tampoco me gusta hacerme güey a mi mismo. Y a veces lo encuentro tan difícil.

Anónimo dijo...

Pffff yo estoy endeudadísimo conmigo mismo...