La "prefiesta" se vivió en casa para que los más grandes de la familia felicitaran al todavía niño de ocho porque la fiesta con inflables, hot dogs, papas y refresco es para los puros cuates de también ocho y nueve el sábado.
Mi novio chiquito es un sol, estoy loca por él...y es que no deja de ser niño.
Recuerdo pocos cumpleaños como el de 9, me acuerdo bien de la sensación de ya no sentirme niña.
Fue como un cambio extraño. Ya no quería regalos de chiquita, ya me importaba más la ropa, los cassettes, un walkman y cosas de esas.
Mis juegos cambiaron, y ya no eran con muñequitos o barbies, prefería juegos de mesa o juegos de actuar.
Tenía un poco de miedo que mi niño de ocho diera el paso que yo di a esa edad, y estoy feliz porque sigue siendo mi peque: emocionado por su fiesta, por las sorpresas, emocionado con barcos de piratas, mamuts con jeti y galletas emperador. (guardiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaas!)
Estoy feliz porque me abraza, me dice Te amooooo y se emociona por sus globos de piratas adornando la casa.
Quiero que siempre sea así. No quiero que llegue esa edad en que empiezan a detestar a la mamá y dejan de verla como su amiga.
No puedo cantar victoria, pero bueno, todavía me queda un día para disfrutar a mi niño de ocho, con toda la inocencia y energía que sólo los niños como él pueden contagiar.
*Fui precoz? o los niños crecen más lento?