Una de vampiritos.

Después de mi silencio aquí estoy otra vez.
Estoy en una de esas etapas medio raras, donde me pongo así medio misteriosa, extraña, huraña...

Yo soy tremendamente musical, todo mi día de inicio a fin lo acompaño con música, y por supuesto refleja a la perfección mi estado de ánimo.

No cabe duda que no soy muy normal que digamos, tengo mi lado darketon, lo bueno es que no es permanente, ufffff, porque cuando me percato de esto hasta risa me doy y me siento ridícula y patética.

Esta semana no he parado de oir a Santa Sabina.

Puedo decirles que una de las experiencias más padres que he tenido (musicalmente hablando) fue escuchar a Santa Sabina en el Teatro de la Ciudad en Puebla.

Era el concierto por sus XV años de carrera artística, en el escenario de fondo, se proyectaban imagenes padrísimas, repleto de velas y flores de muerto formando espirales, Rita vestida impecable con diseños de Héctor Terrones, de verdad estuve con la piel erizada de principio a fin.

Que bruto, que mujer más impresionante, qué voz, que personalidad...

Adoro a los vampiros y a una que otra vampiresa.