Operación Panteón: Frustrada

Pretendía mostrarle a mi amiga de Danelandia una de las tradiciones más bonitas de México, la titulé: Operación Panteón.

La cita era a las 9 de la noche, bien abrigadas pero con look "viudita negra fashion", llevaba mis velos negros y una mantilla, en mi bolso llevaba velitas y una libretita para tomar nota de nombres y epitafios: iba dispuesta a documentar todo aquello que valiera la pena.

Esperaba mostrarle a mi amiga el contraste alegría-tristeza que se vive en los panteones, la música, la mezcla de olores de platillos, las espectaculares ofrendas que se montan, el despliegue de flores de cempazuchil, la luz de las velas alumbrando las tumbas, el olor a tierra mojada, las luces fosforecentes que salen de ella...

No contábamos con que en Puebla la apatía es grande. Nos quedamos sin anécdotas, sin fotos, sin sustos ni sorpresas. Ningún panteón abierto, desde el Municipal hasta el Francés.

Trás los barrotes, ellos, en sus tumbas se quedaron con ganas de su celebración nocturna de Día de Muertos.

Desde fuera, una danesa y una mexicana desilusionadas decidieron ir a buscar una cerveza y una copa de vino...

*Ya será mañana.